El Chamanismo se refiere a una clase de creencias y prácticas tradicionales similares al animismo que aseguran la capacidad de diagnosticar y de curar el sufrimiento del ser humano y, en algunas sociedades, la capacidad de causarlo. Los chamanes creen lograrlo atravesando la línea con el mundo de los espíritus y formando una relación especial con ellos. Aseguran tener la capacidad de controlar el tiempo, profetizar, interpretar los sueños, usar la proyección astral y viajar a los mundos superior e inferior. Las tradiciones de chamanismo han existido en todo el mundo desde épocas prehistóricas.
Algunos antropólogos definen un chamán como un intermediario entre el mundo natural y espiritual, que viaja entre los mundos en un estado de trance. Una vez en el mundo de los espíritus, se comunica con ellos para conseguir ayuda en la curación, la caza o el control del tiempo. Ripinsky-Naxon describe a los chamanes como "gente que tiene fuerte ascendencia en su ambiente circundante y en la sociedad de la que forma parte."
Un segundo grupo de antropólogos discuten el término chamanismo, arguyendo que es una palabra para una institución cultural específica que, al incluir a cualquier sanador de cualquier sociedad tradicional, produce una uniformidad falsa entre estas culturas y crea la idea equívoca de la existencia de una religión anterior a todas los demás. Otros les acusan de ser incapaces de reconocer las concordancias entre las diversas sociedades tradicionales.
El chamanismo se basa en la premisa de que el mundo visible está impregnado por las fuerzas y los espíritus invisibles, que afectan todas a las manifestaciones de la vida. En contraste con el animismo, en el que todos y cada uno de los miembros de la sociedad implicada lo practica, el chamanismo requiere conocimientos o capacidades especializados. Se podría decir que los chamanes son los expertos empleados por los animistas o las comunidades animistas. Sin embargo, los chamanes no se organizan en asociaciones rituales o espirituales, como hacen los sacerdotes.
Algunos antropólogos definen un chamán como un intermediario entre el mundo natural y espiritual, que viaja entre los mundos en un estado de trance. Una vez en el mundo de los espíritus, se comunica con ellos para conseguir ayuda en la curación, la caza o el control del tiempo. Ripinsky-Naxon describe a los chamanes como "gente que tiene fuerte ascendencia en su ambiente circundante y en la sociedad de la que forma parte."
Un segundo grupo de antropólogos discuten el término chamanismo, arguyendo que es una palabra para una institución cultural específica que, al incluir a cualquier sanador de cualquier sociedad tradicional, produce una uniformidad falsa entre estas culturas y crea la idea equívoca de la existencia de una religión anterior a todas los demás. Otros les acusan de ser incapaces de reconocer las concordancias entre las diversas sociedades tradicionales.
El chamanismo se basa en la premisa de que el mundo visible está impregnado por las fuerzas y los espíritus invisibles, que afectan todas a las manifestaciones de la vida. En contraste con el animismo, en el que todos y cada uno de los miembros de la sociedad implicada lo practica, el chamanismo requiere conocimientos o capacidades especializados. Se podría decir que los chamanes son los expertos empleados por los animistas o las comunidades animistas. Sin embargo, los chamanes no se organizan en asociaciones rituales o espirituales, como hacen los sacerdotes.
Hoy en día el Chamanismo sigue vigente, a pesar del desarrollo tecnológico.
2 comentarios:
Hola,
linké tu blog, porque me parece muy interessante la forma como escribes e informas los asuntos sobre chamanismo.
Hace muchos años, en medio a un velório, fui a casa a dormir de madrugada.
Habia leido hacia unos días un libro sobre chamanismo, y los métodos de cura, lo que me habia impresionado bastante.
Pues mira, que tuve una experiencia sobre ver el animal de poder, como habia sido descripto en el libro.
Fue una experiencia abrumadora, y muy buena.
Saludos!
El chamanismo es un camino para adultos formados, no es un juego. Me habeís escrito chicos y chicas muy jóvenes, de 12 y 13 años. Ni Coven ni un Chamán admiten a personas que no sean mayores de edad, por motivos legales y espirituales. La paciencia y los años os indicarán si queréis más adelante continuar en el sendero chamánico.
Mienras formaros, estudiad, desarrollad la tolerancia, la empatía, la bondad, la ayuda a los demás y sed buenos hijos. Si hacéis todo eso el día de mañana podréis ser verdaderos chamanes y no simples hombres disfrazados de forma exótica.
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