viernes, 22 de agosto de 2008

ORACIÓN POR LOS FALLECIDOS EN EL ACCIDENTE AÉREO DE MADRID

Paula, mi Hermana Espiritual/Luna junto a Fini/Brujita, caminantes y viajeras en el Camino de la Tradición Solar, me ha enviado esta exquisita oración para los fallecidos en el accidente aéreo de Madrid:
A LOS ÁNGELES CONSOLADORES
Es una invocación para ser dirigida mentalmente hacia los lugares de guerra o en los que hayan ocurrido estragos, torturas, actos de terrorismo, matanzas realizadas por el hombre o por las fuerzas de la naturaleza, graves incidentes con muchas víctimas.
Si se acompaña con pensamientos compasivos, posee un gran poder evocador. Solicita la intervención del Deva Consolador.
Fue compuesta para el Ghetto de Varsovia. Todavía hoy se copia en tiras de papel que enrolladas son depositadas entre las piedras, en las fisuras de los muros y en los muchos sitios de sufrimiento sobre la Tierra.

“Como pétalos de rosas en un desierto de sal, amor, compasión, dulzura, pensamientos comprensivos desciendan a estos lugares.
Que los cielos se abran y ángeles misericordiosos hagan descender miel y ambrosía para curar las heridas: a través del tiempo y el espacio.
De los reinos oscuros de donde locura y terror han surgido, locura y terror retornen y que la Nada los trague.
Que la Luz envuelva con su rayo toda vida truncada y compense cada gota de sangre y cada lágrima.
Que la nueva vida sea fácil y el karma positivo. Devas consoladores lleven a quien queda resignación y fortaleza.
…y que el Hombre comprenda y la Tierra no olvide…”

sábado, 26 de julio de 2008

LA AYAHUASCA: PATRIMONIO CULTURAL DE PERÚ


El Instituto Nacional de Cultura de Perú (INC) declaró Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos y usos tradicionales de la planta Ayahuasca (banisteriopsis caapi) practicados por comunidades nativas amazónicas de este país, según una resolución publicada hoy en la gaceta oficial.
Esta liana, que tiene cualidades psicotrópicas y forma parte de la cosmovisión del chamanismo, "es conocida por el mundo indígena como una planta sabia o maestra que enseña a los iniciados los fundamentos mismos del mundo y sus componentes", destacó la norma. "Los efectos de su consumo constituyen la entrada al mundo espiritual y a sus secretos, es así que en torno al ritual de Ayahuasca se ha estructurado la medicina tradicional amazónica. Su uso y los resultados de éste, son necesarios para todos los miembros de las sociedades amazónicas", matizó la resolución. Además subrayó que los efectos que produce la Ayahuasca (liana de los cielos en quechua), que son distintos de los que usualmente producen los alucinógenos y que se dan en un marco culturalmente delimitado y con propósitos religiosos, terapéuticos y de afirmación cultural, han sido ampliamente estudiados en su complejidad. El INC explicó que su resolución busca proteger el uso tradicional y del carácter sagrado del ritual de la Ayahuasca, "diferenciándolo de los usos occidentales descontextualizados, consumistas y con propósitos comerciales". Esta liana de la Amazonía también es conocida en Brasil como Caapi, en Ecuador como Natema y en Colombia como Yajé. (EFE).

jueves, 26 de junio de 2008

EL DRUIDISMO

Los druidas
Conocemos a los druidas principalmente por la sociedad céltica, en el seno de la cual guardaban los estatutos de los sacerdotes, de los dioses, de los adivinadores, de los profetas; nos referimos a los diferentes pueblos célticos cuyas distintas denominaciones parecen más bien, determinadas por sus zonas geográficas de pertenencia (Galos, Galeses, Gaélicos, Gallegos, Bretones, Gálatas, etc.). De hecho los druidas, en sentido estricto, cumplían la función de sacerdotes en la tradición celta; en sentido más amplio, establecieron unas síntesis absorbiendo ciertos conocimientos, particularmente los provenientes de los chamanes. No obstante, los autores griegos y latinos contemporáneos a los celtas, a menudo materialistas y muy críticos con nuestros antepasados, quedaron impresionados por su carisma y sus conocimientos. Así los numerosos autores clásicos de la Antigüedad fueron admiradores de los druidas: Aristóteles les alabó por su filosofía sobre la trasmigración de las almas, Cicerón rindió homenaje al druida Diviciacus por su conocimiento sobre las leyes de la naturaleza y sus predicciones sobre el futuro, etc. Estas observaciones entran en contradicción con las opiniones realizadas por los autores cristianos los siglos siguientes, otorgándoles el calificativo de simples brujos. Afortunadamente, ciertos historiadores en busca del pasado cultural de Occidente devolvieron a la luz la historia céltica y devolvieron al druidismo sus colores. A la luz de los estudios llevados a cabo sobre la sociedad céltica y el pensamiento druídico, las opiniones de los antiguos se vieron confirmadas. Los druidas no eran simples brujos en sentido peyorativo, término con el que fueron calificados durante mucho tiempo. Sus funciones en la sociedad se extendían mucho más allá que las de un sacerdote responsable únicamente de la dirección espiritual. También eran jueces, narradores, embajadores, educadores, naturalistas, médicos, astrónomos, arquitectos, filósofos, instauradores de la armonía social. En la antigua Irlanda, el fila es el equivalente al vate galo, y sin embargo se le atribuyen numerosas características propias de los druidas. Reencontramos en él al dueño de la palabra, al juez, al narrador, al mago invocador, al sanador por las plantas y las prácticas chamánicas, al arpista y al copero. Estos grandes hombres, meditando y profundizando en sus doctrinas, no se fijaban en los dogmas, y la divulgación de sus enseñanzas garantizaba la evolución y el enriquecimiento creciente de sus conocimientos. La palabra druida, proviene de la palabra celta dru-wides y significa muy brillante, muy vidente, muy sabio. En el seno de los bosques sagrados o más raramente en las cuevas, enseñaban a sus alumnos sus conocimientos. Las enseñanzas druídicas de la Antigüedad se dispensaban en el seno de escuelas de la madera, abiertas a todo individuo que tenía la voluntad de formarse durante una veintena de años, en las artes, ciencias, filosofía, magia, metafísica, derecho, justicia, astronomía, etc.

sábado, 7 de junio de 2008

EL CHAMANISMO TIBETANO

Sacerdotes y magos, los chamanes tibetanos mantienen los ritos funerarios y ceremonias de curación del alma descendientes de la antigua religión del Bon
El Bon y el Bardo-Thodol, cuyo nombre significa «liberación por entendimiento del plan que sigue a la muerte», es un tratado sobre la muerte y su después.
Contiene una extraña mezcla de elementos tomados de numerosas fuentes. Basta visitar los templos taoí­stas chinos o leer obras de taoí­smo para descubrir en ellas imágenes e ideas análogas a las presentadas en el Bardo-Thodol. Lo que se ha tomado del tantrismo nepalense, de las teorías idealistas de ciertas Escuelas filosóficas del Budismo mahayanista y hasta de otras fuentes, forman en el Bardo-Thodol una extraña mezcla heterogénea que destaca sobre todo en los tratados más voluminosos. Hay razones para creer que el más antiguo origen del Bardo-Thodol se remonta a los fieles de la antigua religión Bon, y que sobre ese fondo fueron gradualmente superpuestas nociones budistas.

Fue escrito en tiempos de Padmasambhava, en el siglo VIII. Luego se perdió y fue encontrado por Rigzin de Karna Ling-Pa, considerado como una emanación de Padmasambhava. Su uso generalizado en todo el Tí­bet como ritual funerario, y su aceptación por parte de todas las sectas, bajo versiones variadas, testifican que fue obra de varias generaciones.

Buena parte del ritual funerario proviene de la religión del Bon. Es costumbre ritual, tras una serie de ceremonias previas a la muerte, construir una efigie del difunto, una vez que el cuerpo es llevado a los funerales, y esta efigie se coloca en el mismo sitio que ocupó el cuerpo, y se sigue con las ofrendas de alimento hasta finalizar los cuarenta y nueve dí­as del Bardo. Los lamas cantan dí­a y noche para ayudar a que el espíritu alcance el paraí­so de Amithaba. Durante los cuarenta y nueve dí­as, se lee el Bardo-Thodol para acompañar al difunto en su viaje y visiones, al mismo tiempo que se realiza toda una serie de ceremonias encaminadas al buen viaje del difunto en el Más Allá.

El tema esencial del Bardo-Thodol es el concepto filosófico de los idealistas mahayanistas, según el cual la «liberación» es un acto mental que consiste en reconocer claramente que no hay otras ataduras que las que tejemos nosotros mismos a nuestro alrededor; que los cielos, los infiernos, los dioses y los demonios no son sino creaciones de nuestra imaginación.

EL BON Y EL CHAMANISMO

La voz «chamán» viene del sánscrito shaman, y según Blavatsky, «los shamanes o chamanes son una especie de sacerdotes magos o sacerdotes hechiceros, sectarios de la antigua religión Bon del Tí­bet. Se funda el shamanismo en la creencia de que después de la muerte persiste la individualidad del hombre, aunque se haya desprendido del cuerpo fí­sico, y que sigue viviendo en naturaleza espiritual.»

Los sacerdotes Bon-po no se diferencian en nada de los verdaderos chamanes, incluso estaban divididos en Bon-po «blancos» y Bon-po «negros»; aunque todos utilizaban el tambor para sus ritos. Algunos pretendí­an estar «poseí­dos por los dioses». La mayorí­a practicaban el exorcismo. Algunos de estos Bon-po se llamaban a sí­ mismos «los poseedores de la cuerda celeste».

Los «pawo» y los «nyen-jomo» son médiums, hombres y mujeres, y son considerados por los budistas como representantes tí­picos del Bon. No dependen de los monasterios bon de Sikkin ni de Bután, y parecen ser los vestigios del Bon en su forma más antigua, no organizada, como existí­a antes de que el «Bon blanco» se desarrollara según el ejemplo del Budismo. Parece que llegan a ser poseí­dos por los espí­ritus de los muertos y que, durante su trance, entran en comunicación con sus divinidades protectoras. En cuanto a los médiums bon, una de sus funciones principales era servir de mensajeros temporales de los espí­ritus de los muertos, que serí­an más tarde conducidos al otro mundo.

De los chamanes Bon se dice que utilizan sus tambores como vehí­culos que les permiten desplazarse por los aires. El vuelo de Naro-bon-chung durante su torneo mágico con Milarepa es un ejemplo clásico. La leyenda según la cual Gshen-rab-mi volaba sobre una gran rueda, ocupando la parte central, mientras sus cuatro discí­pulos iban sentados sobre los ocho rayos, bien puede representar un vestigio de una tradición semejante. Es probable que originalmente el vehí­culo fuera el tambor chamánico, más tarde reemplazado por la rueda, sí­mbolo budista.

En la cura del chamán bon se efectúa una exploración del alma del enfermo, técnica especí­ficamente chamánica. Una ceremonia análoga tiene lugar cuando el exorcista tibetano es llamado para curar a un enfermo y lleva a cabo una búsqueda del alma del paciente.

Para hacer volver el alma del enfermo es necesario un ritual extremadamente complicado que incluye objetos y efigies.

El Lamí­smo ha conservado i­ntegramente la tradición chamánica de los Bon. Incluso los más famosos Maestros del Budismo tibetano se supone que han efectuado curaciones dentro de la más pura tradición del chamanismo.

Se conoce el papel que desempeñan los cráneos humanos y las mujeres en las ceremonias lamaí­stas. El llamado baile del esqueleto goza de especialí­sima importancia en las representaciones dramáticas que se conocen con el nombre de tcham, y que tienen, entre otros fines, el de familiarizar a los espectadores con las terribles imágenes de las divinidades protectoras que surgen en estado de bardo, esto es, en un estado intermedio entre la muerte y una nueva encarnación.

Volvemos a encontrarnos de nuevo con el libro tibetano de la muerte o Bardo-Thodol, que según podemos apreciar tiene cierta estructura chamánica, y aunque no se trata exactamente de un guí­a psicopompo, puede compararse el papel del sacerdote que recita, en beneficio del difunto, unos textos rituales acerca de los itinerarios post-mortem, con la función del chamán que acompaña simbólicamente al muerto hasta el más allá.

Existe cierto parecido de estructura entre los ritos y los mitos Bon-po y el chamanismo, y podemos comprobar la supervivencia de los temas y de las técnicas chamánicas en el Budismo y el Lamaísmo.

LOS BONS

Los Bons o Dugpas, llamados también «Hermanos de la Sombra», conforman una secta del Tí­bet vulgarmente llamada «los bonetes rojos». Son tenidos como los más versados en hechicerí­a. Habitan el Tí­bet occidental, el pequeño Tí­bet y el Bhután. Todos ellos son Tatrikas, y se supone que practican la peor forma de magia negra. Algunos ritualistas que han visitado las fronteras del Tí­bet confunden los ritos y prácticas de los Dugpas con las creencias religiosas de los Lamas orientales, los «bonetes amarillos» y sus Narjols u hombres santos.

El Dorje, arma o instrumento al que se le atribuye la virtud oculta de repeler las influencias dañinas, purificando el aire, ha sido empleado por los Bons o Dugpas para ciertos fines de magia negra, y para ellos es como el doble triángulo invertido, el signo de la hechicerí­a. En cambio, para los «bonetes amarillos» o Gelugpas, es un sí­mbolo de poder.

Según La Voz del Silencio:

Los discí­pulos pueden compararse a las cuerdas de la vina, eco del alma; la humanidad a su caja armónica; la mano que la pulsa, al soplo melodioso del gran alma del mundo. La cuerda que no responde a la pulsación del Maestro, en dulce armoní­a con todas las demás, se rompe y se la arroja. Así­ deben ser las mentes colectivas de los Lanus-Sravakas. Tienen que estar acordes con la mente del Upadya, unificarse con la Super-Alma, o separarse de una vez.

Esto último es lo que hacen «Los Hermanos de la Sombra», los destructores de sus almas, la espantable legión de los Dag-Dugpa.

Nada tienen que ver estos Bons o Dag-Dugpas con aquellos practicantes del Bon, que sí­ veí­an la Unión en todas las cosas.

Bibliografía:

El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis. Mircea Eliade. Ed. FCE.

Diccionario de las religiones. M. Eliade y Joan P. Couliano Ed. Paidos.

Historia de las creencias y de las ideas religiosas, M. Eliade. Ed. Cristianidad.

Textos tibetanos inauditos. Alexandra David-Neel.

El Bardo-Thodol (Libro tibetano de los muertos). Ed. J. Bergua.

El Bardo-Thodol (Iniciación al simbolismo y ritual tibetanos).Fernando Schwarz. Ed. N. A.

Glosario Teosófico. H. P. Blavatsky, Ed. Kier.

Isis sin velo. Tomo II y IV. H. P. Blavatsky. Ed. Kier.

La voz del silencio. H. P. Blavatsky. Ed. Kier.

sábado, 12 de abril de 2008

ESPÍRITUS DEL CHAMANISMO EN DISTINTAS RAZAS


CHAMANES DE BATALLA
Algunos chamanes dirigen su propia devoción hacia la vertiente guerrera, inherente en sus habilidades. Aunque poseen el sentimiento y habilidades mágicas, han entrenado su cuerpo y enfocado sus habilidades hacia el combate. Estos chamanes son la respuesta de la Horda a los paladines y sus enemigos, tiemblan nerviosamente cuando encuentran alguno de ellos en la batalla.
TAURENS
La Taurens son, probablemente, la más espiritual de todas las razas que habitan Azeroth. Ellos veneran a sus ancestros, los espíritus de la tierra y a la poderosa y vasta energía a la que llaman Madre. Fueron ellos quienes ayudaron a la Horda a recuperar sus olvidades raicez chamánicas. Los Taurens respetan a sus chamanes como ninguna otra raza, y mantienen a sus comunidades en contacto con la naturaleza, revigorizando a sus guerreros y cazadores con su poder espiritual. El chamán Tauren es por naturaleza tranquilo, un espíritu mediador controla su gran tamaño y fuerza, se comportan como un vacío en medio de la tempestad, tranquilos y sosegados, contemplando el mundo que les rodea y los cambios que se porducen en él. Em combate sin embargo, suponen un arma terrible, pues invocan a los espíritus para aumentar sus ya consabidos poderes.
ORCOS
Bajo el liderazgo de Thrall los orcos han redescubierto sus acenstrales tradiciones chamanísticas. En un intento por desligar a la Horda de la corrupción demoniaca, Thrall prohibió la brujería y la nigromancia. Ahora practicamente todos los orcos practicante de magia, desarrollan el chamanismo que recibe su poder del mundo natural y de los elementos de la tierra. Los más poderosos chamanes pueden convocar el poder del relámpago de los cielso, y manipular la tierra para acabar con legiones enteras de sus enemigos.
El chamán puede causar un incremento en la sed de sangre de los orcos, afectando sobretodo a los guerreros, incrementando su poder y tamaño durante cortos periodos de tiempo. Los escudos de relámpago del chamán, crean una barrera natural que daña a aquellos que le atacan directamente. Pueden purgar a sus compañeros, de practicamente cualquier enfermedad o mal que padezcan.
TROLLS
Cuando los Darkspears se unieron a la horda, los trolls les enseñaron e instruyeron en la sabiduría chamanística, considerando que les serviría de gran ayuda en su nuevo renacer, apreciando el camino de los elementos. Pese a no ser tan fuertes y poderosos como los orcos y taurens, son mucho más astutos que estos. Por ejemplo, en lugar de aplastar la cebza de su oponente con un mazazo; torturaran a su enemigo aún vivo con una sacudida de rayos. DRAENEIS
Velen, el lider de los Dareneis, tuvo una visión. En ella pudo ver a los Quebrantados, espíritus de los antiguos Draeneis que perecieron durante la guerra contra los orcos. Tales espíritus, iban a ayudar a los Draeneis en su desesperada salvación. Después su visión se tornó en uno de esos Quebrantados, uno llamado Nobundo que perdió contacto con la luz por su falta de fe, durante el ataque orco a Draenor. Comenzó a vagar por los desiertos durante mucho a tiempo, escuchando y conviviendo con la naturaleza, hasta conseguir fundirse con ella y convertirse en el primero de los chamanes. Los espíritus estaban con él ya cuando regresó, pero el escepticismo de su pueblo y las secuelas de la guerra parecían haber acabado con todas las esperanzas de su pueblo. Sólo uno de los miembros de sur aza no la había perdido, el comedido y sabio Velen. Y es ahí donde se cruzan sus historias. Velen había escuchado hablar del chamanismo en otras ocasiones, pero Nobundo le enseeñó las vías espirituales. Le comunicó que los espíritus de los Quebrantados, se desplazaban en el tiempo y en el espacio, atravesando el cosmos para habitar en cualquier mundo que alcanzasen. Con el entrenamiento adecuado, los Draeneis podrían también manipular las energías chamanísticas. Acorde con Nobundo, Velen capturó el satélite de los Draeneis, de mano de los Elfos Sanguinarios; refugiaron allí a su pueblo y juntos, viajaron sobre el Exodar hacia la tierra de Azeroth. Cuando llegaron allí, Nobundo encontró que el nuevo planeta, era un lugar muchos más rico en energías naturales que el desértico Draenor, por loq ue instruyó a todos los chamanes en el chamanismo y la dominancia espiritual. Ahora los Draeneis deben probarse a ellos mismos como chamanes, en el largo combate que les aguarda contra la Legión Ardiente.

TUSKARR
Los chamanes Tuskarr tienen poder e influencia sobre eventos como el tiempo, la comida o la enfermedad. Su magia chamanística es más que una producción en si, una forma de curar la enfermedad: El chamán puede comunicarse con fantasmas de los familiares del ser en cuestión y pedirle que le protejan, o incluso, combatir contra otros espíritus, someterles y obligarles a curar al paciente.
FAR SEER
Los Far seer son un grupo de orcos ancestrales, que representan la cúspide del poder chamanístico. Dirigen los problemas místicos, se cuentan entre los mejores consejeros de Thrall y están en constante contacto con los trabajos y las maniobras de la Horda. No solo están en contacto con los Espíritus Elementales, sino que también son capaces de leer la fortuna. Su sabiduría es solo comparable con su poder en el combate. Cuando uno de estos Far Seers parte a la batalla, lo hacen montados en sus lobos gigantes y enarbolando todo el poder chamanístico que poseeen. Son por mérito propio, los más respetados chamanes de la Horda.
OTRAS RAZAS
Además de las citadas razas, que son las más afines a este religión, son otras las que practican estas disciplinas, aunque en mucha menor medida. Entre ellas cabe citar:
Furbolgs, Ogros enanos, Wildhammer.

viernes, 1 de febrero de 2008

LA MEDICINA CHAMÁNICA




El fenómeno del chamanismo se centra sobre la figura del chamán, que es una persona a la cual se cree dotada especialmente para tratar a través del mundo del espíritu. En cuanto a la medicina misma los poderes del chaman incluyen el poder curar a los enfermos. La palabra se deriva del idioma Ural-Altaico, que se habla en todo Asia Central y del Norte.
El chamanismo también cruzó el Estrecho de Bering en los tiempos prehistóricos y se encuentra hoy entre los esquimales, Aleutianos, tribus indias americanas en todo Norte y América del Sur y en África.
Similares sistemas existen en la Península de Malasia, en Indonesia, y entre los aborígenes australianos y en tiempos recientes, en grupos remotos tribales en India y Corea. Entre los indios americanos se conoce como curanderos o chamanes.
A los chamanes en las culturas africanas se les conoce como “hechiceros”.
Igualmente, la condición de chamán pasa de generación a generación; no se acepta como un chamán a una persona hasta que primero se instruya por parte del anterior chaman y esté sujeto a una serie de ensayos.
La prueba final es una crisis que da por resultado una autocuración. El rito completo de iniciación es una forma simbólica de muerte y resurrección. Después de permanecer un tiempo errante en un mundo sobrenatural, reingresa el chamán a la Tierra como el intermediario justo entre los miembros de la tribu y las fuerzas del mundo sobrenatural.
Se concibe la enfermedad en tales grupos como un proceso espiritual. Las enfermedades serias, serían las que hubieran tomado el alma, la que debe ser rescatada por consiguiente por el chamán y restaurarla al cuerpo.
En las tradiciones indígenas, el chamán procura sanar el alma para así sanar el cuerpo. En una tradición que podría ser entendida en armonía con la visión holística, el alma se erige la llave de acceso al interior del plano físico del hombre. Los rituales mágico-religiosos, muchas veces apoyados en el uso de plantas medicinales – como los hongos sagrados y el peyote (este último muy utilizado por los chamanes mexicanos) -, dirigen su acción hacia la elevación del grado de conciencia hasta una posición acrecentada durante un lapso de tiempo durante el cual el chamán acompaña al paciente en la búsqueda y posterior sanación de aquellas parcelas de su alma que se encuentran mermadas. De este modo, la sanación espiritual lleva a la sanación física.


La Medicina Chamánica
La medicina chamánica, como la mapuche, es una medicina eminentemente energética. El hombre participa en un cosmos constituido por una inmensa red de fuerzas que dan vida y forma a todas las cosas y seres existentes, al tiempo que los conectan entre sí. En virtud de tales lazos, que incluyen a todos los fenómenos energéticos, el hombre será afectado por esas fuerzas cósmicas y puede a su vez afectarlas; puede influir sobre otros seres así como ellos pueden influir sobre él. Este tipo de energía tiene la propiedad de poder ser concentrada y proyectada a distancia, así como también condensarse en forma sutil o grosera dentro de un ser vivo o una cosa.
Ella puede ser irradiada por el pensamiento o emoción de un hombre (odio, ira, envidia, etc.), por un espíritu maligno, por el alma de un difunto irritada, etc. Esta creencia animista es muy común todavía en Galicia bajo la denominación de “mal de ojo”, “ahojamiento” o “mala mirada”.
Esa energía disolvente, destructiva, perturbadora, al penetrar en un organismo biológico cuyo estado orgánico y funcional es armónico, es decir sano, provocará obviamente una ruptura de esa armonía y provocará la enfermedad. La acción energética a distancia es simbolizada por los pueblos chamánicos, incluida la Grecia arcaica con su Apolo, por el disparo de flechas mágicas. Otros pueblos con similares conceptos son los bergdama del suroeste de África. El hombre moderno, al ser incapaz de percibir la realidad no ordinaria, no se percata de que está siendo víctima de esta energía intrusa hasta que los efectos patológicos de la misma son ya manifiestos, así como además atribuirá a estos últimos una explicación causal válida sólo en la realidad ordinaria. En consecuencia, las terapias que se efectúen, sólo actuarán sobre los efectos y no sobre las causas de la enfermedad, que permanecerán ocultas. Esta “otra realidad” está intrínsecamente unida a un modelo de pensamiento, al “paradigma sagrado del chamanismo”.
Por el contrario, el chamán tradicional que se halla sensibilizado para percibir ese tipo de realidad no ordinaria vivenciará y sufrirá mucho más dramáticamente la enfermedad. El hombre moderno sólo tendrá dolores o perturbaciones molestas en un estadio avanzado del proceso patógeno, en cambio, el chamán los tendrá apenas se introduzca la enfermedad en su cuerpo; cuando el hombre moderno no siente nada el chamán puede estar sufriendo agudos dolores, por ejemplo.
Y esta vivencia más real, más consciente del chamán, es la que puede llegar a serle más nociva, aunque parezca paradójico. Ya sea por que se quebrante más rápido su resistencia psicológica a la enfermedad, ya sea porque determinadas actitudes psíquicas producto de la vivencia de la enfermedad. El hombre moderno hallándose inconsciente de la situación no tendrá tales actitudes hasta avanzado el proceso morboso. La noción de energía en el chamanismo se aproxima mucho más al concepto chino de Chi (Qi) patógeno que al occidental de energía, pero no obstante la concepción chamánica es mucho más amplia que la china.
Todo lo que he comentado en este artículo es meramente divulgativo, no refrendo ni comparto de ningún modo la actitud -que personalmente censuro- de aquellas personas que aplican indiscriminada e inapropiadamente el término "Energía" a cualquier influencia sutil, real o imaginaria, para tratar de dar validación "científica" a sus argumentaciones y se lucran de una forma escandalosa con las creencias ajenas. Me estoy refiriendo en este artículo a los auténticos chamanes, con los que he convivido y compartido experiencias dentro de su propio contexto étnico, social y sagrado, en su propia cultura. No debemos criticar o “pontificar” sobre sus actos fuera de su propio contexto cultural y vivencial. Es muy fácil negar de forma sarcástica y con una suficiencia absurda esos actos si solo los contemplamos desde la comodidad del sofá del salón y con los prejuicios de nuestro intelecto. No necesitamos validar nada con la ciencia occidental puesto que nos expresamos desde un contexto epistemológico ajeno a la misma, y si recurrimos a sus nociones - estricta o libremente- es con el simple y único fin de llegar a ser comprendidos por aquellos lectores que no han vivido esas experiencias, así como hacer evidente a los ojos de los lectores que sí han convivido con chamanes los alcances formidables de la sabiduría ancestral que representa esta cultura milenaria.

(Artículo de pronta aparición en la revista "Saber Alternativo").