El 7 de Octubre, falleció en el Resguardo Kofán de Yarinal, Putumayo, el taita (chamán) Fernando Mendúa, de quien se estimaba una edad próxima a los 120 años, siendo el mayor de todos los taitas conocidos de la cultura médica del yagé. El taita Mendúa constituía un emblema de la medicina indígena del Putumayo y de su planta sagrada el yagé, y tenía muchos seguidores para quienes constituía un ejemplo y una leyenda. El deceso del taita Mendúa es una gran pérdida para esta tradición chamánica y se suma a las desapariciones recientes de los taitas mayores Francisco Piaguaje, mayor de los Siona fallecido en abril de este año, y de Laureano Becerra, mayor de los Inga, quien falleció hace tres años.
En homenaje al taita Fernando Mendúa reproducimos el siguiente testimonio, con sus propias palabras:
En homenaje al taita Fernando Mendúa reproducimos el siguiente testimonio, con sus propias palabras:
UN ESPIRITU TIGRE
“Yo se de curación, aprendí curaca por que nací con signo… mis abuelos antes saben mucho de yagé y el espíritu de ellos me cuidó y amamantó para que no me muera. Es que mis papas a mi no querían, me dejaron y se fueron a andar y ¡Mañana vengo, pasado mañana!, y se demoraron hasta que nunca volvieron y yo ¡Solito, solito!, en la selva vivía que casi no podía hablar. Pero un día un tigre vino como gente… se veía venir como tigre pero en la casa se miraba persona y muchos tiempos vivía ahí conmigo como mi mamá y me amamantaba y traía comida hasta que ya crecí más grandecito y entonces mi hermano me acabó de criar. Y allá taita Ligorio, un curaca antiguo, en toma de Yagé, miró que yo iba a ser persona sabia y hizo a mi tomar mucho, mucho desde pequeño como remedio hasta enseñar muchas cosas, y ya como a los 14 años me cerré para la toma del estudio y tomaba un día sí, otro no, o seguido tres y por eso me pasaba solamente en la casa del yagé cocinando pa' volver a tomar; entonces así yo aprendí a curar y ya como de treinta a trabajar. El contó a mi que el yagé se toma hasta morir, hasta privar cuerpo, que tiene que quedar como muerto sin pensar, como en otro mundo por que espíritu de uno se va y deja vida por días… pero es que se va pa' hablar con otros espíritus pa' aprender por diez años, el no dejó a mi comer carne de sábalo, bagre, bocachico o animales con cría como danta, cerrillo. Ahora no han de querer ser curacas estos muchachos…. Mucho trabajo”.